Una vez que logras dejar ir eso que alguna vez amaste,
ya no hay vuelta atrás.
No existen segundas oportunidades.
Si tan solo hubiera sido verdadero...
Mi alma sufre por la ausencia de la esencia que tus brazos dejaron al rededor de mi cintura.
Guardo con celo las memorias y recuerdos que creamos a partir de momentos de los que no hubo fotografías.
Ya no sé cómo mirarte, ni como llamarte.
El lenguaje de tus acciones me dice que deseas cortar esto de tajo, pero entre tus labios existe la duda.
Y aunque ya lo sabemos, tu camino y el mío seguirán en la penumbra.
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