No son malas personas, sus insultos son algo fuertes y sus palabras a veces hieren, pero pueden ser amorosas.
El estrés del ir siempre a prisa, el conseguir el pan del día a día, les dificulta dirigirme sonrisas pero no significa que no haya risas.
Las risas las dirigen a mí pero está bien, los hace feliz. No lo hacen con mala intención, es solo su forma de llevar el humor.
No, no son malas personas.
No tengo una mala familia, tampoco malas compañías. Jamás me han puesto un dedo encima y enojarse por palabras es una tontería.
No, no son malas personas, las críticas son para que pueda mejorar. ¿Mejorarán ellos?, no lo sé. Si se los digo, tal vez los enfadaré.
Pero no son malas personas, ¿Quién no se molestaría si se les humilla? Claro que, yo no he de enojarme, yo debo siempre de comportarme.
Yo me comporto. Nunca me burlo, nunca insulto. Me insultaban para que me comportara, pero lo hacían por una buena causa.
Ahora no causo problemas, no maldigo cuando algo me molesta. No sé qué decir cuando empiezan a reír, pero al menos no hay nadie infeliz.
No, no son malas personas. El pecho me pesa y la voz se me va cuando se dirigen a mí al hablar, pero no lo hacen con maldad.
Están heridas, es normal, yo también lo estoy pero con ello se lidiar, desde el ayer hasta hoy.
Yo estoy herida también y no humillo ni crítico a quien come conmigo.
No, no son malas personas solo actúan como tal. Tal vez, si se los digo, se puedan comportar.
Pero si les digo... soltaran carcajadas me llamarán sensible y exagerada. Si aquello ocurre, yo he de aceptar... Las personas que quise, son malas de verdad.
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