Viviendo en occidente, es imposible no mencionar el cristianismo en el tema de la teología feminista, pues esta religión es la que más influencia tiene en la vida, queramos o no.
El cristianismo, tiene en su historia el ejemplo perfecto de mujeres siendo tan valiosas como los hombres para Dios. Sin embargo, estas mujeres se vieron eclipsadas y olvidadas por los varones que escribieron las doctrinas de las iglesias.
Hablemos de los ejemplos más claros de esto: María Magdalena, apóstala de Jesús, y María, madre de Jesús (y madre de Dios en el cristianismo católico y ortodoxo [1])
María Magdalena (o María de Magdala) era una mujer adinerada de la ciudad de Magdala, famosa por sus burdeles. María decidió seguir a Jesús y seguir su palabra, y fue ella la primera persona que vio a Jesús resucitado.
¿Cuándo fue que a esta mujer la tacharon de ser una prostituta?, ¿por qué lo hicieron?
En el año 591, el papa Gregorio I Magno, dijo que la mujer que aparece en el evangelio de Lucas, a quien se le expulsan siete demonios, era María Magdalena, siendo esos demonios, todos los vicios. Eso, junto con la ciudad de origen de María, fue suficiente para que la tacharan de ser una prostituta.
Sin embargo, esta afirmación no podría estar más lejos de la verdad. Para empezar, en ninguna parte del evangelio se menciona que María Magdalena era la mujer pecadora; razón por la cual, la iglesia de oriente no cree que ella fuera la mujer a quien se refiere el libro de Lucas, a diferencia de la iglesia de occidente.
Incluso si María Magdalena hubiera sido una prostituta, ¿por qué eso le hubiera impedido ser una santa si decidió seguir a Jesús? Pablo era un pecador que perseguía a los cristianos y eso no le impidió ser un santo. ¿Por qué no nos sorprende su importancia en el mundo cristiano y la de María Magdalena sí?
Podemos afirmar que María de Magdala fue dejada de lado por los hombres que no podían permitir que una mujer fuera digna de ser apóstala de Jesús, y con ella, las mujeres que forma parte de la iglesia quedaron en segundo lugar.
“¡Pero María!, ¡María tiene un gran papel en la Iglesia!, ¡es la madre de Dios!, ¡las mujeres sí son tomadas en cuenta!”
No sé cuántas veces me dijeron esto, pero puedo afirmarles que este es el “argumento” que las personas religiosas usan cuando se señala el machismo en la historia de la Iglesia Católica.
Pero incluso el papel de María, siendo tan profundo y extenso, ha sido eclipsado por la importancia que se le da al concepto de virginidad y no se dan cuenta de lo misóginos que son con ella.
Primero, debemos centrarnos en el contexto social de la época de María. Las mujeres cargaban con el “pecado de Eva” y eran vistas como inferiores, como varones incompletos. Quedaban totalmente desprotegidas cuando se quedaban sin tutor masculino que las mantuviera y muchas veces debían recurrir a la prostitución para sobrevivir. En este tiempo y lugar, las mujeres eran casadas siendo muy jóvenes, y lo que más se valoraba en ellas era su virginidad.
Tomando esto en cuenta, podríamos decir que María, y su papel, es una reivindicación de la mujer dentro de la religión. Los roles religiosos que las mujeres tenían en esa época eran tan limitados, que el haber sido parte del “plan” de Dios después de siglos de haber sido minimizadas en su fe, es algo muy grande. Fue a través de una mujer que “el mesías”, llegó al mundo.
Además, la historia de Jesús es un paralelismo a la historia de Moisés (La historia de Moisés presenta la salvación del pueblo judío y la de Jesús, presenta la salvación de la humanidad), y entonces, el rol de María es un paralelismo al Arca de la Alianza del Antiguo Testamento.
Brindemos algo de contexto.
Al salir de Egipto, se le dan a Moisés las “tablas de los diez mandamientos” y estas son guardadas, por mandato divino, en un cofre de madera cubierto de oro. A este cofre se le llama el Arca de la Alianza, pues guarda la palabra de Dios que crea una relación con él y los seres humanos. Recordemos que en la fe cristiana, si no cumples estos mandamientos, te dicen que, no estás en “estado de gracia”, es decir, tu relación con Dios se “debilita”.
Ahora, en el Nuevo Testamento, Jesús es “el Verbo”, es decir, él es la palabra de Dios encarnada, ¿y quién guardó a Jesús durante nueve meses y durante toda su infancia? Exacto, María.
Tampoco podemos olvidar que, es a través de ella que Jesús realiza el primero de sus milagros, pues en las bodas de Caná, es María quien le pide convertir el agua en vino.
Tomando en cuenta lo anterior, ¿Por qué la virginidad de María es lo que más se sabe de ella?
Si un católico escucha decir a alguien que María no permaneció virgen, da el grito al cielo, exclamando: “¡La madre de Dios merece más respeto!”. Si un cristiano no católico escucha decir que María es madre virgen de Dios (no solo madre terrenal de Jesús) va a gritar que “¡Eso es imposible!, ¡es una mujer común y corriente!, ¡y ella tuvo más hijos!”[2]
Ante este debate, solo puedo preguntar: ¿Por qué su virginidad es lo que determina si es digna del papel que se le da como madre de Dios?, ¿por qué no lo es el haber aceptado ser la madre de Jesús y la teología que la rodea?
Sí, tomando en cuenta de que en esa época, todos los que encomendaban su vida a Dios eran célibes, entonces tiene sentido que ella hubiera decidido quedarse virgen, e incluso en mis creencias, su virginidad es relevante porque eso significa que, una vez que aceptó el papel de ser madre de Jesús, ella ya no quiso ningún otro.
Sin embargo, estamos en un contexto social muy diferente, y considerando todo lo que hizo María por Jesús, su virginidad NO tendría porque ser lo que más se resalte en ella. Si ella hubiera elegido no permanecer virgen y tener más hijos, eso NO quita su papel con Jesús.
¿Y cuál es la consecuencia de la obsesión que se tiene con la castidad de María? Bueno, que siendo ella el ejemplo del papel de la mujer en la iglesia, a las mujeres que son miembros o creyentes de la religión no les queda de otra más que buscar ser tan puras como María y ser madres al mismo tiempo. Se les manda a permanecer en silencio como lo hizo María en los evangelios, en una sociedad muy diferente a la actual.
Así, con lo anterior, podemos ver, como es que las mujeres, a pesar de ser una pieza fundamental en la historia cristiana, no se les da el reconocimiento gracias a la misoginia que habita en las sociedades desde antes de Cristo, y que se expandió por todo el mundo gracias a la colonización e imposición religiosa.
Pero, ¿Qué podemos hacer?
Compartamos la historia de María Magdalena, el rol de María, y todo cuanto sepamos de las mujeres olvidadas por la iglesia. Lo mejor de todo, es que esta acción puede realizarse en cualquier religión, no solo la cristiana.
Defendamos a las mujeres que forman parte de las iglesias, a las mujeres que se encuentran olvidadas en la historia. Hablemos de ellas, y que el mundo se entere de su verdadera existencia.
[1] En el cristianismo hay diferentes ramas. Podemos dividirlas en tres grandes Iglesias: Católica, Ortodoxa y Anglicana (cada una puede tener otras divisiones). Existen otras denominaciones que no pertenecen a ninguna de las tres, como es el caso del cristianismo evangélico, el bautista, etc.
[2] El debate de si María es madre de Dios o solo madre terrenal de Jesús es un cuento de nunca acabar. Los cristianos no dejan de discutir sobre esto. Los católicos creen que la resurrección de Jesús sucedió en cuerpo y alma y que es Dios, por lo que María pasa a ser automáticamente madre de Dios. En cambio, otras denominaciones cristianas (o al menos muchas de ellas) creen que su resurrección no fue física, si no espiritual, por lo que solo es madre terrenal, y no descartan la idea de que María tuvo más hijos por la interpretación que se le da a una parte del texto bíblico donde se mencionan los “hermanos de Jesús”. Los católicos, tomando en cuenta la traducción del idioma original, creen que los hermanos de Jesús son parientes del lado de José, o hijos de un matrimonio anterior de José. A final de cuentas, estas dos creencias son diferentes interpretaciones de un mismo texto y ambas respetables.
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