No es un secreto el que ni los hombres ni las mujeres puedan mostrar ciertas emociones sin ser juzgados de alguna manera u otra.
Los hombres, si muestran una emoción de tristeza o similar, son percibidos como débiles, y se tiene demasiado normalizado en ellos el enojo. Su ira es algo «común».
Las mujeres, en cambio, no pueden mostrar emoción alguna sin ser llamadas «exageradas» o «demasiado sensibles».
Concentrémonos en este último punto en un contexto que a muchas nos hacen poner los ojos en blanco: un debate.
Frecuentemente, vemos como la gente idolatra y admira a los hombres que debaten sin mostrar emoción alguna en su rostro. Esto es por el prejuicio de que, si tienes una reacción fuerte al discutir con alguien, tu punto no es válido, pues te estás basando en tu sentir y no en verdaderos hechos.
Este prejuicio está ligado, claro, a la misoginia que rodea la expresión de los sentimientos.
Pero profundicemos un poco todo esto. El hecho de que un tema te cause cierta exaltación, por la naturaleza de lo que se está hablando, no significa que no tengas buenos argumentos. Simplemente significa que lo que se discute es algo de tu especial interés, por lo indignante o lo grave que es.
Entonces, ¿qué hacen las personas que no les genera ninguna emoción ciertos temas sociales, hablando sobre estos?
Cualquier persona que lea este último párrafo y que haya llevado un curso de ética en su educación básica, puede saltar de su asiento y gritar « ¡falacia! », refiriéndose a la falacia del alegato especial.
La falacia del alegato especial, ocurre cuando una persona, en su argumentación, da a entender que la otra persona, por su (aparente) falta de empatía, no puede entender la complejidad del tema que se discute.
Entonces, según esta regla, una persona que no se ve afectada por cierto problema social, puede opinar de dicho tema.
Abrir una discusión sobre si esto es justo o no, solo nos distraería de las discusiones realmente importantes, entonces, replantearé la última pregunta hecha.
¿Qué hacen las personas a las que no les genera ninguna impresión cierto tema social, desvalorizando las opiniones contrarias, solo porque salen a flote sus sentimientos sobre dicho tema cuando lo discuten?
Debemos dejar este estigma de las emociones de lado. Si cierto tema nos provoca una reacción fuerte al momento de hablarlo, no es porque «solo nos basemos en nuestros sentimientos», sino porque, como personas, somos seres emocionales, así como racionales.
Nuestros argumentos no son mejores cuando mostramos una expresión neutral, ni peores cuando tenemos una emoción fuerte ligada al tema, ni viceversa.
Con todo esto, no digo que no aprendamos a controlar nuestras emociones de manera que nos dejen expresarnos (de nada nos sirve tener un gran argumento si no podemos decirlo por el nudo que se nos forma en la garganta). Solo quiero dejar en claro, que las emociones no son un obstáculo para ver la realidad de las cosas.
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