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Foto del escritorBreen B.M.

La Sororidad (fue) selectiva

Para mí, el tema de la sororidad ha sido complicado. No me refiero a que me sea un problema ser empática ni brindar apoyo, no, lo difícil fue aprender a separar la selectividad innata de mi persona de la sororidad y creo firmemente que es uno más de los obstáculos por los que pasamos todas.


Me atrevo a decir que todas o al menos la mayoría de nosotras, hemos tratado de crear dentro de cada uno de nuestros entornos un ambiente más sororo, por seguridad, por empatía, por justicia, por muchas y distintas razones, sin embargo pocas lo somos completamente y no es que este bien, pero considero que es parte del proceso de nuestra "deconstrucción".


Tuve que preguntarme, ¿Por qué podía ser empática con las historias de mis amigas, familia, compañeras, conocidas o desconocidas y no con las de mujeres que no me caen bien o con las que tengo una historia negativa?


No me parecía correcto y por supuesto no lo es.


La sororidad no debería tener distinción, pero eso lo entendí con el tiempo, escuchando y aprendiendo de cada historia.


Debemos entender que los procesos no son lineales. Para mí, entender que mi sororidad estaba siendo selectiva, fue de las cosas más difíciles de hacer, porque se trata de separar lo negativo de nuestras experiencias o relaciones con cada persona y empezar a brindar apoyo de cualquier tipo a una mujer cuando lo necesite.


En este camino a la sororidad sin divisiones, mi primer paso fue perdonar. Una de las partes más complicadas en cada proceso. Perdonar el daño que alguien te ha hecho (en este caso hablando únicamente de mujeres) intencional o no. Entender que nadie tiene un pasado limpio, que no nos define y sobre todo que nadie es perfecto, que todxs avanzamos, cambiamos y aprendemos.


Mi segundo paso fue aceptar. Otra de las partes complicadas, puesto que el enfrentamiento y la plática con una misma jamás serán fácil, en ninguna situación. Aceptar que yo también he sido la agresora de alguien y que en el mejor de los casos, no lo hice con la intención de herir pero lo hice. También aceptar que en algún momento, las disculpas las tengo que dar y pedir en forma y no solo en mi interior.


Y por último, entender. Entender que todas merecemos un espacio en donde sentirnos escuchadas, apoyadas, comprendidas y que debe ser igual para todas sin importar el pasado. Entender que en una lucha contra un sistema que históricamente nos ha lastimado, la unión hace la fuerza y que todas hemos aprendido de muchas formas en este proceso.


Ahora bien, quiero aclarar que sé también que la sororidad también tiene límites, es decir, sé que no se puede ser sorora con quien prefiere creerle a los agresores antes que a las víctimas por muchas pruebas que existan, con las mujeres que han cometido agresiones con dolo, tan horribles y humillantes, que se vuelven imposibles de perdonar, con etc. y sé que mi proceso al cortar con mi selectividad, a pesar de lo pesado que resultara para mí, es sencillo (y privilegiado) porque gracias al universo, mis relaciones negativas con mujeres han sido causa de cosas sin sentido, meros desacuerdos e incluso simplemente causa de personalidades no compatibles.


Sé también, que todxs estamos aprendiendo, que nos pasado no nos define y que en efecto, la gente si puede cambiar cuando así lo desea.


Necesitamos caminar juntas. Necesitamos entender que en esta lucha, nuestra mejor alianza es entre mujeres.

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