Al pensar en un mito, es probable que lo primero en venir a la mente sean aquellas historias que suelen relatar las abuelas, aquellas figuras emblemáticas o históricas que han marcado el rumbo y cultura de un paÃs, sin embargo, considero que esa caracterÃstica no es imprescindible para convertirse en MITO.
Aunque, es quizás la muerte aquella manera en la que cualquiera puede convertirse en mito. Tan solo piensa en esos familiares que nunca conociste ¿Cómo sabes sobre ellos y de su existencia? A través de las palabras, de las historias que otros familiares cuentan sobre ellos, pero eso no es todo, también están las fotografÃas o vÃdeos (en algunos casos).
AsÃ, con estos apoyos visuales aunados a las historias contadas, se comienza a construir una imagen de aquella persona y es en este proceso de construcción, en el que la imaginación entra y participa.
En mi mente he tratado de construir al menos a 2 personas que ya no están, fÃsicamente sé cómo lucÃan, puedo notar si eran de sonreÃr o más bien tienen arrugas de tanto fruncir el ceño. En cambio, su personalidad queda como una incógnita, a lo mejor fue buen amigo, buen hermano y buen hijo, o bien puede haber sido todo lo contario, aunque es improbable que una persona se pueda definir sencillamente entre bueno o malo, cuando cualquier ser está compuesto de matices, no solo son blanco y negro.
Asà pues, dejando de lado lo bueno o malo, la imaginación interviene y propone el escenario para una de esas dos personas.
Plantea que quizás aquella persona solÃa bailar tango cada noche, leerÃa a Benedetti antes de dormir o se atormentarÃa pensando en cada arrepentimiento que guarda su alma, lo primero que harÃa cada mañana serÃa escuchar la radio para conocer los últimos eventos que suceden en su paÃs, que de su aroma se desprenderÃa aquel caracterÃstico olor que dejan los cigarrillos, y sobre todo, cómo sonarÃa su voz al decir mi nombre.
Asà lo he construido, a partir de retazos y percepciones de los otros, a pesar de que nunca dará como resultado exacto a aquella persona, pues se trata de alteraciones que dañan la realidad y que la exaltan, o bien la dejan difusa.
Los que ya son mito son una mezcla entre la realidad pasada, lo que te cuentan (que ya incluye alteraciones) y la imaginación con sus ideales creaciones.
¿Y tú, a cuántos has convertido en mito?