Al pensar en las obras de Benedetti, quizás lo primero que se viene a la mente es "La Tregua", sin embargo, Mario Benedetti al igual que varios uruguayos, tuvo que exiliarse de su país, debido a la fuerte represión y persecución que significó la Dictadura Militar.
Memoria de ello se plasma en "Primavera con una esquina rota"
Podría decirse que el personaje eje del libro es “Santiago”, quien se encuentra encarcelado (en Uruguay), no obstante, al ser un libro que se narra a través de distintos relatos también llegamos a conocer a “Don Rafael” (su padre), “Beatricita” (su hija), “Graciela” (su esposa) y a “Rolando (su amigo y el otro)”, siendo ellos quienes están exiliados viviendo entre nostalgias y libertades incompletas.
A su vez, estas historias se ven entremezcladas con relatos del propio autor y sus experiencias con el exilio.
Santiago se envuelve en sus recuerdos y pecados del pasado y las ilusiones del futuro para evitar ahogarse en su presente intramuros, y de esto el lector se vuelve testigo al leer el contenido de las cartas que le envía a Graciela.
Sin embargo, para Graciela la vida ha dado un vuelco, a pesar de encontrarse en 'libertad'; el amor juvenil y apasionado del que alguna vez Santiago fuera destinatario, se ha transformado, pues la distancia hace mella en cualquier relación.
En la vida tumultuosa de los adultos, se encuentra Beatricita, la chispa infantil que ayuda a aligerar la carga.
El final que nos deja Benedetti da inicio a algunas cosas, dejando al lector con ideas para el final, preguntándose: ¿Cómo es que se rehacen estas vidas rotas?