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Foto del escritorBreen B.M.

Sin globitos: la fantasía de la actualidad

En un artículo pasado hablé sobre como la pornografía modifica la realidad de quien la consume, ejerciendo presión sobre cómo somos percibidas o sobre como elementos tan sencillos son sexualizados gracias a la imagen proyectada en las películas para adultos disfrazada de “fantasías inocentes”.


Esta vez quiero hablar sobre otra rama en la que la pornografía ha alimentado el deseo creciente de muchas personas de llevar a cabo prácticas no seguras, provocando (tal vez de forma inconsciente), una forma de presión lastimosa y lamentablemente violenta.


Según un estudio publicado en Plos One[1], es altamente probable que gracias al contenido pornográfico y su ausencia (en mayoría) de preservativos, los hombres “sigan el ejemplo” y por ende, dejen de lado la protección, afectado de distintas formas a la salud física, sexual y emocional de cada pareja sexual. Si bien este estudio se enfoca al contenido en donde se muestran prácticas del tipo MSM*, arroja distintos datos importantes, uno de ellos es que el 92% de los hombres que fueron encuestados ha visto pornografía en donde se tenían relaciones sin protección y el 48% admitió que esto contribuyó a correr riesgos en sus relaciones.


Podemos decir que está enfocado únicamente en sexo homosexual, bisexual o hetero-curioso, pero no podemos minimizar el impacto del contenido pornográfico en la mente de sus consumidores, al final, todo contenido enseña y el porno no es la excepción; por ende las relaciones sexuales entre mujeres o entre hombre y mujer, no se encuentran exentas de llevar a cabo prácticas no seguras gracias al consumo de pornografía.


La presión sobre el uso o no de preservativos, gracias a la pornografía va más allá de considerarlo un escudo de protección, también es considerado algo que afecta al placer sexual (con mil y una excusas detrás como justificación).


La falta de protección en los filmes para adultos no es algo que se cuestiona diario y mucho menos si a la par se cuestiona si esto produce imitación, así que cuando se les cuestiona a amigxs, familiares y conocidxs, les toma por sorpresa pero ningunx duda en darte una respuesta que realmente crea, no consideran que haya un motivo por el cual mentir.


Esta imitación puede parecer algo inofensivo, pero no lo es. Para muchxs, la falta de protección, afecta física y psicológicamente.


Cuando le preguntamos a hombres cisgénero heterosexuales de distintas edades, sobre por qué se reúsan al uso del condón y si creen que el porno ha influido en eso, podemos obtener respuestas muy simples como las siguientes, llenas de confusión, probablemente nacidas de la falta de cuestionamiento sexual y falta de información verídica respecto a los temas:


Anónimo “1”. “Yo digo que no usan por tal vez sentir más placer, algo relacionado a eso. Algo así. Yo digo que no, no influye la pornografía. ¿O sí? No, yo opino que no. Porqué... ay no, yo digo que sí. Quizá por sentir la sensación más real. Sentir el acto más real”


Repuestas muy parecidas, basadas en el costo de los condones y la supuesta “falta de sensaciones y comodidad” para ellos, sin considerar por una parte la influencia del porno, pero también tratando de experimentar en carne propia lo que él actor siente, sin dejar de lado que la plática sobre estos temas, entre hombres es prácticamente inexistente y en los casos en que existe es poco honesta:


Anónimo “2”. “Se suele ser más sensible cuando no tienes condón, pero también eres consciente de lo que podría pasar y eso hace que llegues a un climax más satisfactorio. Y el porno... solo son fantasías -(risa)-. Supongo que influye en el sentido que quieras experimentar las mismas sensaciones que el actor”


Anónimo “3”. “Usualmente es por la experiencia anterior, donde ya hubo sexo sin condón y gusta más, además de que suelen no ser cómodos para algunos. Dudo que la pornografía influya o bueno, mis panas y yo –(risa)- platicamos pero never temas de porno [...] Sin embargo si hablas de algo muy muy muy informal puede que sí que tenga algo que ver de indirecta.”


Anónimo “4”. “Según yo porque el contacto físico es más placentero y el condón puede llegar a incomodar y no creo que la pornografía haya influido en eso, aparte de que comprar condones es un gasto y a la gente no le gusta gastar.”


Estas y muchos otras excusas similares, fueron las respuestas más comunes en los hombres, sin embargo el panorama cambia cuando la pregunta se dirige a mujeres y es que lamentablemente para nosotras si ellos imitan, nos sentimos comprometidas a complacer y si algo sale mal, la culpa la mayoría de las veces, caerá en nosotras:


Anónima “1”: “Es mucha presión, porque muchas de mis parejas han tratado de imitar lo que ven en la pornografía y pensar que no les influye en el uso del condón, es engañarnos a nosotras mismas”


Anónima “2”: “La influencia del porno es clara y a veces terminas cediendo porque no quieres pelear”


Anónima “3”: “Siento que sí, porque todo lo que ven quieren imitar. Entonces pues en el porno no ves que alguien use condón y de ahí la falsa idea de que sin condón se siente mejor. Sobre si hay presión en nosotras, va sobre todo, siento yo, al querer que tu pareja se sienta bien y darle gusto. La tonta idea de que no busque en otro lado lo que no tiene con uno. Cosa que está mal pero sigue siendo real”


Para nosotras la presión a tener relaciones sexuales sin condón resulta en una carga emocional, una forma de violencia que muy pocas reconocemos y no por nuestro placer o comodidad.


Son dos panoramas totalmente distintos y mientras que en el primero lamentablemente la pareja no figura en la respuesta en el segundo se encuentra totalmente presente.


Pensar que las películas para adultos no influyen en nuestra vida sexual, es negar la realidad. Hoy en día son más lxs niñxs, adolescentes y adultxs, que recurren a la pornografía para tener información sobre la sexualidad, es consumida con una guía y por ende se busca seguir lo que se encuentra en pantalla sin detenerse a pensar si es cómodo o seguro para la pareja.


El porno no es real y ceder por presión al no uso de preservativo, no es consensuar.



[1] Schrimshaw EW, Antebi-Gruszka N, Downing MJ Jr (2016). Viewing of Internet-Based Sexually Explicit Media as a Risk Factor for Condomless Anal Sex among Men Who Have Sex with Men in Four U.S. Cities. PLOS ONE 11(4): e0154439. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0154439 *”Men who have sex with men (Hombres que tienen sexo con hombres)”

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